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Marianela Pavicich:

  • cfernandezamezaga
  • 5 oct 2021
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 5 oct 2021

“Cuando pienso en la discapacidad, pienso en las barreras que generamos todas las personas“



A través de un diseño universal, Marianela Pavicich creó Robbina, una mesa que busca generar comodidad para los chicos con una discapacidad motora. También, concientizar sobre la importancia del mobiliario inclusivo.


Por: Camila Fernández Amézaga

La mesa es útil para realizar actividades escolares, recreativas y de terapia. Fuente: cortesía de Marianela Pavicich.

En la carrera de Diseño Industrial en la Universidad de Lanús, el trabajo final consiste en plantear una problemática real y cómo resolverla a través del diseño. Para dicho trabajo, Marianela Pavicih visitó una escuela de educación especial y le llamó la atención cómo los chicos en silla de ruedas podían hacer actividades gracias a la adaptación de los muebles.


A partir de esa experiencia, junto a su hermana Melisa crearon la mesa Robbina. Como el mercado local solo adapta muebles ya existentes, fundaron una empresa que piensa y hace mesas para las necesidades de los chicos con discapacidad motora. Robbina es amigable, inclusiva y útil para todos. Universal con independencia de la condición de cada uno.


¿Qué se te viene a la cabeza cuando uno plantea la definición de una persona con discapacidad?

La definición de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad está planteada en la interacción de una persona con un entorno que le presenta barreras. Con esto en mente, pienso en las barreras que generamos todas las personas, en particular yo con mi profesión, al crear productos que pueden excluir y generar barreras a otras personas. Por eso me involucré, como trabajadora de diseño universal, buscando eliminar estas barreras para pensar en la diversidad de personas y dar las mismas oportunidades.


¿De dónde obtuvieron inspiración para diseñar la mesa Robbina de esa forma?

Había ido a una escuela de educación especial para chicos con discapacidad motora y el mobiliario fue hecho por carpinteros a medida de cada chico. Los mismos docentes o padres iban haciendo recortes a las mesas, regulando las alturas. A partir de ese momento, me empecé a involucrar en los productos de apoyo para las personas con discapacidad.


Fuente: Marianela Pavicich. Edición: Camila Fernández Amézaga

¿Cuál fue el foco principal del diseño?

Lo principal era que no refleje un producto de ortopedia, sino que sea más bien como un tablero de dibujo. Para realizarlo, empecé a investigar los productos de ortopedia, que era lo que no quería que se parezca, y también diversos escritorios infantiles o los tableros de dibujo, para ver qué rasgos podría tener útiles para la mesa que me estaba imaginando.




¿Consultaron con algún grupo de profesionales fuera del rubro de muebles? Por ejemplo: médicos, psicólogos, entre otros.

Al ser bajo la estructura de un trabajo final, trabajé con un caso de estudio concreto, la escuela de educación especial 508 de Lanús. El asesoramiento en la parte funcional y técnica fue todo de la escuela: terapistas ocupacionales, kinesiólogos, docentes. En cuanto al rubro de muebles, pregunté directamente cuestiones técnicas a carpinteros, metalúrgicos, entre otros.


¿Qué te llevó a producir la mesa de diferentes materiales?

La estructura interna de la mesa está hecha todo con caño soldado y, para lograrlo, pregunté en la empresa donde trabajaba qué forma había de resolverlo. Por otro lado, para las preguntas sobre la parte de madera de la mesa, hablé con la gente que cortaba en router y con las casas de herrajes. Me metía a ver todos los accesorios que había, cómo funcionaban, los empezaba a probar y compraba. A su vez, iba a la empresa a realizar consultas y a hacer las pruebas funcionales con el tema de las chapas.


“El desafío principal era el tema de la regulación en altura, porque hay diferentes alturas de diferentes sillas de ruedas“, planteó Marianela Pavicich. Fuente: cortesía de Marianela Pavicich.

¿Cómo es el proceso de producción?

Tenemos 3 caminos: el metal, el de la madera y el de accesorios. Todos son parte del equipo, pero realmente es todo tercerizado, no es gente que trabaja directamente sino que se les paga por servicio. La pieza clave de Robina es el muchacho que hace el rol de armador, el Gepetto. Es la persona responsable de que le hagan llegar toda esa cantidad de proveedores y a continuación arma toda la mesa y le da la vida a Robbina.



¿Cuánto les lleva armar un diseño?

El proceso real completo empezando una tanda desde cero puede estar en los 20 - 30 días. Hoy, eso nos lleva 6 días porque tenemos piezas en diferentes estadíos de stock. Por ejemplo, ya tenemos material de estructura comprado, estructuras soldadas y nos falta pintarlas.


¿Están disponibles para hacer diseños personalizados?

Yo soy diseñadora industrial, así que sí y es la parte que me encanta. Hicimos un modelo “la mesa XL” que es un modelo de mesa más grande, que tiene más regulación en altura y que tiene un espacio de trabajo mucho más cómodo. Nos lo pidieron específicamente para un nene que usa una silla de ruedas motorizada y la mesa era un tamaño gigante comparado con los otros modelos, porque la mesa Robbina no cumplía con las características que necesitaba.

Después hicimos algunas mesas donde, en algunos casos, nos piden si puede tener otra forma de agarre o si puede una tapa de otro tamaño. Esas cosas las vamos modificando. Tardamos más en la entrega, pero como ya tenemos los proveedores desarrollados y ya sabemos lo que puede hacer cada proveedor, los cambios son factibles.


¿De qué manera la estructura de la mesa ayuda a los chicos con discapacidad motora?

Todas las características y todas las funcionalidades que tiene la mesa, salieron de boca de los chicos de la escuela. Por ejemplo, el desafío principal era el tema de la regulación en altura, porque hay diferentes alturas de diferentes sillas de ruedas. Acompañado de eso va la estructura libre para que pueda uno ingresar con cualquier tipo de silla. Seguido a eso está la regulación en inclinación porque hay muchos chicos que tienen además una dificultad visual que necesitan planos inclinados.



Fuente: Marianela Pavicich. Edición: Camila Fernández Amézaga.


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